Desde principios de 2020, el mundo se enfrenta a una epidemia global de COVID-19 cuyos efectos son más graves para los países más frágiles desde el punto de vista económico y sanitario. Las restricciones impuestas han afectado negativamente a las condiciones de vida en general:en las zonas rurales del África subsahariana, los pequeños agricultores de subsistencia son los más afectados; en las zonas urbanas, donde existe una fuerte dependencia de los mercados como principal fuente de abastecimiento, la reducción de la movilidad de las materias primas y de las personas provoca un aumento de los precios de los alimentos. Como consecuencia, crece el temor a un aumento drástico de la inseguridad alimentaria. La crisis actual sume a la gente en la más absoluta emergencia: sin ingresos no hay dinero para comer ni para otras necesidades diarias.

Además del impacto económico y social, la pandemia ha puesto de manifiesto las graves limitaciones de los sistemas sanitarios: infraestructuras inadecuadas e insuficientes, personal médico mal formado y desmotivado, desarrollo anárquico de centros sanitarios privados mal equipados y poco profesionales.

Lo que hemos conseguido hasta ahora
En la primera fase de la emergencia, se pudo ofrecer ayuda a las estructuras sanitarias asociadas (el Centro Hospitalario de Monkole y el Instituto de Ciencias de la Enfermería -ISSI- en la RD del Congo; el Centro de Salud de Walé en Costa de Marfil y el Hospital de la Fundación Níger en Nigeria) asegurando equipos de protección personal, equipos de cuidados intensivos y formación a distancia; también se promovieron campañas de concienciación en los lugares más periféricos para luchar contra la propagación del virus.

En una fase posterior, se ayudó a garantizar la continuidad de la formación del personal médico y de enfermería; se compraron equipos para realizar pruebas y análisis; se mejoró la infraestructura existente para mejorar el distanciamiento; y se reforzó la atención sanitaria a domicilio. Desde 2020 hasta el primer semestre de 2021, gracias a los esfuerzos de los distintos Comités Harambee de todo el mundo, se recaudaron 83.435 euros.

Los resultados obtenidos hasta ahora sólo se han logrado gracias a las generosas contribuciones recibidas.
Es necesario seguir asegurando la asistencia, permitiendo que las estructuras sanitarias de referencia garanticen la respuesta más adecuada a las necesidades de la población asistida.

Campaña de emergencia Harambee, fase III
“La pandemia de COVID-19 nos afecta a todos y cada uno de nosotros. Sin embargo, los efectos más devastadores y desestabilizadores se dejarán sentir en los países más pobres. Si no se toman medidas inmediatas, tendremos que prepararnos para un aumento significativo de los conflictos, el hambre y la pobreza. Si no garantizamos el apoyo a los más vulnerables, en la lucha contra la pandemia y las consecuencias de la recesión mundial, todos tendremos que lidiar con las consecuencias durante varios años. Y los efectos serían aún más dolorosos, y mucho más costosos, para todos“. Mark Lowcock, Secretario General Adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios.

En contacto permanente con las estructuras sanitarias locales y mediante el seguimiento, el llamamiento de Harambee responde constantemente a las necesidades urgentes y reales de las poblaciones a las que se dirige.
Por lo tanto, la tercera fase de la campaña de emergencia tiene los siguientes objetivos:

-RD del Congo. Instituto de Ciencias de la Enfermería – ISSI
El ISSI forma a unos 200 enfermeros cualificados al año, listos para asistir a la población de la zona de Mont-Ngafula, y de otras partes del país, en las situaciones de emergencia más críticas.
Necesidades:
Renovación de espacios y dispositivos de ventilación para garantizar un entorno más seguro y adecuado para el aprendizaje.
Coste = 13.800

-Costa de Marfil. Centro de Salud Walé
Walé atiende a una población de unos 65.000 habitantes en el área suburbana de Yamusukro. Ofrece al menos 700 visitas diarias y servicios de calidad a un precio asequible.
Necesidades:
Distribución de suplementos, leche en polvo, harinas y malta para combatir la desnutrición infantil.
Coste= 10 euros por kit y por persona
Tratamiento de la anemia falciforme
Coste= 23 euros al mes por persona

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“El amor es también social y político, existe el amor social y el amor político, es universal, siempre desborda con pequeños gestos de caridad personal capaces de transformar y mejorar las sociedades” Papa Francisco