Home > News > Proyecto Camerún: la alegría de los libros.

Jean, Paul y Emmanuel eran compañeros de clase en la escuela elemental de la aldea Mogong, en el extremo norte de Camerun. En este lugar, durante ocho meses al año, las temperaturas superan los cuarenta grados. La gente vive de una agricultura simple, de subsistencia, cada vez más en riesgo por los largos períodos de sequía.
Ellos lo han logrado. Continuaron con sus estudios hasta terminar la universidad: Jean se convirtió en agrónomo, Paul se graduó en Comunicación y Emmanuel, ordenado sacerdote, estudia actualmente Sagradas Escrituras en Roma, para poder luego enseñar en el seminario de su diócesis.

Ellos lo han logrado, pero no se han olvidado de las dificultades y de los sacrificios que implica estudiar en un lugar en el que faltan la infraestructura y los servicios más básicos. Un lugar donde la escuela es un espacio cubierto por un techo de paja, sin pupitres, ni sillas, ni piso. Donde el tiempo está marcado por las horas pasadas junto a otros cientos de estudiantes, atendidos por uno o dos maestros, y las horas transcurridas en los campos o en casa, asistiendo a la propia familia en sus trabajos.

Y porque no han olvidado, estos tres amigos han querido comenzar con una asociación -Action Monde Por Tous- que desde hace años trabaja para asegurar una vida más digna para muchas personas: mejorar la agricultura para frenar la emigración de jóvenes, sostener a los pequeños comerciantes, brindar educación y formación técnica.

Hemos comenzado gracias a una contribución de 5.000 euros, pero nuestra gente sabe que no es una cuestión de donativos: es autodesarrollo. Cada uno participa como puede y se involucra, en primera persona, para mejorar la propia vida y la de la comunidad de nuestra aldea.”
Es mucha la riqueza natural del país, pero “la riqueza más grande que tenemos es nuestra gente”, dice don Emmanuel; “es determinada, voluntariosa, dispuesta al esfuerzo y solidaria“.

Las instituciones están poco presentes en la vida de las personas, principalmente en las áreas rurales más remotas. Por ejemplo, entre los jóvenes existe un deseo de educarse, pero si bien la escuela primara es obligatoria por ley, no hay inversión pública en infraestructura escolar. Los maestros cobran poco y no están formados adecuadamente; no existe un control y, por lo tanto, muchos padres, incapaces de cubrir los gastos necesarios y desmotivados, no suelen animar a sus hijos a continuar con los estudios, y todavía menos si se trata de hijas mujeres. Es por eso que Emmanuel, Jean y Paul están particularmente empeñados en ofrecer una educación adecuada a los jóvenes de Mogong. “Sólo a través del estudio, los chicos y las chicas tendrán la oportunidad de un futuro mejor“.

Hoy son cerca de 200 los niños y niñas que asisten a la escuela primaria de Mogong, la misma frecuentada por los tres amigos fundadores de Action Monde Por Tous. La situación ha mejorado desde cuando ellos eran estudiantes. La escuela cuenta ahora con aulas y pupitres, pero hasta hace unos meses faltaban los libros. En realidad, ningún niño de Mogong había visto jamás un libro antes de que, el mes pasado, llegara una cantidad suficiente para establecer una biblioteca a disposición de todos, gracias al proyecto de Harambee.
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La entrega de libros estuvo acompañada de una gran fiesta, con música, cantos, la participación de todas las familias y el discurso oficial del jefe del pueblo: “Queridos amigos de Harambee, les agradezco vuestro gesto en favor de la escuela de Mogong. Me faltan las palabras para expresar el agradecimiento de la gente de mi aldea. Es inmensa la alegría que nace del corazón de los padres de los estudiantes de nuestra escuela. Hoy, con esta donación de libros, los maestros podrán trabajar seriamente para ofrecer la educación de calidad que esperamos para nuestros hijos“.
Capo villaggio alla riunione
Estas palabras de agradecimiento nos hicieron llegar Emmanuel, Jean y Paul, cuando estuvieron en nuestra oficina, durante una visita a Roma. Palabras que devuelven el sentido, si acaso fuera necesario, al esfuerzo y a la contribución que cada uno de nosotros está dispuesto a ofrecer.

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