“Las mujeres, debido al papel central que desempeñan en nuestra sociedad, son las más amenazadas por el Covid-19“, informa el Dr. Aye, director del Centro de Salud Walé, en Yamassoukro, Costa de Marfil. “Nuestro sistema de salud se basa en gran medida en el gran trabajo tantas veces invisible de las mujeres. Ellas son los que cuidan de nuestros enfermos, nuestros ancianos y nuestros niños. Sin su precioso trabajo, nuestro sistema de salud no se sostendría“. Los datos disponibles (fuente: Naciones Unidas, mayo de 2020) confirman que las tasas de mortalidad por Covid-19 son más altas para los hombres, pero las consecuencias sociales y económicas para las mujeres son devastadoras.
Su inestimable contribución, así como los peligros a los que están expuestas, ya se han puesto de relieve en los países afectados por la terrible epidemia del Ébola, que tuvo efectos muy graves en la inseguridad alimentaria. “Gran parte de la economía descansa sobre sus hombros; son ellas las que alimentan a la nación, asegurando una buena parte de los productos agrícolas. Son ellas las que abastecen nuestros mercados con los productos del campo que consumimos a diario“; una economía que, sin embargo, es predominantemente informal, con escasa protección contra el despido, sin bajas laborales remuneradas, con un acceso limitado a la protección social y que, por lo tanto, se derrumba con la introducción de medidas restrictivas para contener el virus.
“En Costa de Marfil, el cumplimiento de las medidas preventivas sigue siendo problemático. Por lo tanto, es grave que no se estén tomando medidas específicas para sensibilizar a las mujeres, que desempeñan un papel fundamental en la gestión de las relaciones en nuestra sociedad y que, por lo tanto, son hoy los principales vectores potenciales de la transmisión del Covid-19“. Y precisamente en respuesta a esta preocupación, el personal del Centro de Salud Walé está firmemente comprometido con las campañas de sensibilización dirigidas a las mujeres “porque, debidamente informadas, tienen el poder de contener la propagación del virus“.
Al igual que en pandemias anteriores, las consecuencias sociales del Covid-19 en Costa de Marfil afectan especialmente a las mujeres. “Muchos de nuestros participantes en los cursos de nutrición e higiene han renunciado a sus trabajos para encontrar empleos informales para alimentar a sus familias y son los primeros en renunciar a la atención médica“. Además, cuando las familias están bajo presión por razones financieras, debido a las duras condiciones de vida durante el confinamiento, las tasas de violencia doméstica aumentan muy rápidamente.
Por lo tanto, para el Centro de Salud Walé, en este momento más que nunca, no se trata sólo de responder eficazmente a las necesidades de salud de los sectores más frágiles de la población (los que no pueden sufragar los gastos de la atención médica), sino de aprovechar esta dramática situación para llevar a cabo acciones destinadas a reducir las diferencias entre los sexos, cuyos avances logrados en los últimos diez años corren el riesgo de verse frustrados.
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