Los débiles sistemas económicos de África se vieron gravemente afectados por la pandemia de Covid-19. Las tasas de desempleo han aumentado al igual que las desigualdades. La pérdida de empleos y la reducción del poder adquisitivo han agravado las condiciones de vida de las familias. La ansiedad y el estrés por la incertidumbre y la soledad causadas por el aislamiento han afectado a la salud de muchas personas. Todo esto ha sucedido en menos de un año. No obstante, algunas cosas están cambiando para mejor, gracias a los esfuerzos de las personas que reaccionaron positivamente a la pandemia del Covid-19 para ayudar a los más afectados por el virus. Como en el caso de los “ángeles custodios de Madaraka”, contado por Gabriel Dinda (Nairobi, Kenya).
“El virus ha afligido más a la parte de la población que ya vivía la carga de la iniquidad“. En Nairobi (Kenya) hay una Universidad de Strathmore, un centro universitario de excelencia en África. La Universidad está situada en la zona de Madaraka, que también alberga una escuela primaria pública que atiende a niños de familias de bajos ingresos del vecindario. El bloqueo impuesto trajo consigo muchos problemas: la mayoría de las familias no tenían los medios para permitir que sus hijos estudiaran en línea o contrataran tutores privados. Además, las adolescentes corrían un riesgo mucho mayor de embarazo, que aumentaba durante el período. A fin de abordar las fragilidades de los más jóvenes, un grupo de estudiantes femeninas de la Universidad tomó medidas para ofrecer orientación y asistencia a las niñas de la zona; además, se puso en marcha una campaña de recaudación de fondos para contribuir a las necesidades básicas de las familias. La iniciativa despertó interés y varios otros jóvenes se movilizaron, ofreciendo su ayuda para aligerar la carga de semanas particularmente difíciles.
“En medio de la crisis, ha surgido la necesidad de que todos participen en la gestión de los difíciles desafíos de nuestras comunidades: la pandemia ha puesto de manifiesto el enorme potencial que todos tenemos cuando nos reunimos. El Covid-19 ha puesto en tela de juicio los recursos de todo el mundo y ha llevado a muchas organizaciones y personas a reevaluar las prioridades y la asignación de recursos. Por lo tanto, nos hemos visto obligados a buscar soluciones entre nuestras comunidades, utilizando los recursos locales y las asignaciones que nuestras comunidades tienen para el bien común. La necesidad de adoptar soluciones de “ama de casa“, apoyadas por quienes entienden mejor los desafíos, es algo que podría dar forma al futuro de África, tanto económica como socialmente. El hecho de que los dos estudiantes que promueven la iniciativa Strathmore hayan mirado más allá de su propia aula para comprometerse a ofrecer soluciones prácticas a la sociedad es un ejemplo microscópico de un enfoque de los desafíos de la sociedad africana que han asolado el continente durante siglos.
La concentración en un enfoque intrínseco para resolver problemas persistentes puede llevar a una mejor comprensión del concepto de bien común. “Cuando la gente sabe que la solución de un problema vendrá de fuera, se tiende a hacer menos y a prestar menos atención al uso de los recursos disponibles. Por el contrario, cuando las personas participan activamente en la solución de un problema, existe la tendencia a interesarse más y a prestar más atención. Ese enfoque, transferido al nivel macro, puede conducir al desarrollo sostenible de toda África“.
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