El Kimlea College está situado en las exuberantes laderas verdes de Tigoni, en el condado de Kiambu, en las afueras de la capital de Kenya, Nairobi. Es el lugar donde se produce la mayor cantidad de té, que se exporta a todo el mundo; en la zona hay grandes fábricas para la primera elaboración, antes de que se venda para su posterior procesamiento y envasado. La recolección del té es una actividad que requiere mucha mano de obra, como se hace manualmente en Kenya. La mayoría de los trabajadores viven en la zona, por comodidad y seguridad, y provienen de familias de bajos ingresos: los salarios del trabajo en las plantaciones son suficientes para la mera subsistencia.
“El Colegio Kimlea en Tigoni ayuda a los locales de varias maneras a través de sus muchas actividades comunitarias. Aunque no participa en iniciativas agrícolas, el Instituto siempre ha organizado cursos de alfabetización para adultos, en los que participa un gran número de trabajadores agrícolas: a lo largo de los años se han establecido relaciones estables y se han llevado a cabo diversas iniciativas para promover el desarrollo integral del pueblo“.
Cuando el Covid-19 llegó al país, todo el mundo se vio afectado de una forma u otra. Los cultivadores de té se vieron gravemente afectados por el bloqueo de los viajes y la disminución del mercado internacional. El temor generalizado en todo el mundo de procesar bienes y productos de otros países, debido al riesgo y a la incertidumbre del virus, hizo que se cerraran o redujeran las operaciones en la mayoría de las fábricas. “El cierre de las fronteras ha bloqueado el comercio entre los países, así como los movimientos internos, afectando gravemente a los trabajadores agrícolas y a sus familias que, de un día para otro, han tenido dificultades para conseguir una comida diaria“.
“Kimlea College, establecido en 1992 para contribuir a la promoción socioeconómica de la mujer, se ha ganado la confianza de las comunidades circundantes a lo largo del tiempo. Durante el período de mayor crisis debido a Covid, Francisca Gikandi, directora, respondió a la emergencia activando un programa especial para ayudar a las familias más necesitadas. Se creó un equipo dentro del Colegio para encontrar formas efectivas de ayudar de manera sostenible a las familias más afectadas. Se ha desarrollado un plan para involucrar a todos los vecinos en la ayuda a las familias más necesitadas para superar la pandemia. No sólo ayuda financiera, sino que se necesitaba cualquier tipo de ayuda con la idea de que todos donaran lo que pudieran. Fue un tiempo de gran compartir no sólo de las necesidades básicas: la gente compartió su sufrimiento y preocupaciones. Se ha establecido un sistema de distribución equitativa de los escasos recursos disponibles para evitar el despilfarro y la ineficiencia. El problema de asegurar el distanciamiento físico se ha superado utilizando los comercios existentes y la red local como forma de llegar a los beneficiarios. Las tiendas han sido autorizadas a operar de acuerdo a estrictas directrices y así garantizar la seguridad de las personas. La recolección de género tuvo lugar semanalmente -desde mediados de abril hasta mediados de junio de 2020- para evitar el despilfarro y el uso indebido“.
Al mismo tiempo, el Kimlea College acoge cada año a grupos de jóvenes extranjeros para realizar experiencias de voluntariado: los estudiantes pasan tiempo con la comunidad local, aprendiendo sobre los diferentes estilos de vida y ayudando a realizar trabajos fáciles pero útiles. “En 2019, en particular, el Colegio acogió a un grupo de estudiantes españoles que, con motivo de esta emergencia y a pesar de que España era una de las economías más afectadas del mundo, decidió tomar medidas y promover una campaña de recaudación de fondos para apoyar a las familias de Tigoni”.
“Esto es lo que podría llamarse una ‘asociación para el bien’, donde los diferentes actores de la comunidad trabajan juntos para el bien de todos. Los miembros de la comunidad Tigoni, que se unen para asegurar el bienestar de los más afectados por la pandemia, han demostrado a todos que es posible trabajar por el bien de todos y cada uno, sin dejar a nadie atrás“. Un simple gesto, pero es la suma de simples gestos lo que cambia el mundo para mejor.
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