La nueva pandemia no afecta especialmente a las zonas rurales, podría decirse que casi se salvan, pero ha generado desempleo y pobreza: las medidas de alejamiento han provocado un aumento de los costes de transporte y el cierre de actividades comerciales; la crisis sanitaria internacional ha provocado una disminución de las exportaciones de la producción agrícola, especialmente del cacao. Todo esto pone en riesgo la seguridad alimentaria de la población.

En estas circunstancias, a muchos pacientes les resulta difícil desplazarse hasta el Centro de Salud de Walé, en Yamusukro, que lleva más de una década prestando atención sanitaria asequible a la población más vulnerable. “Los enfermos crónicos (VIH, hipertensión, diabetes, desnutrición) corren el riesgo de empeorar su estado“, dicen los operadores.

Para responder a la creciente emergencia, el personal médico de Walé ha puesto en marcha un programa de atención a domicilio en las comunidades rurales. Esto fue posible gracias a la compra de un vehículo, fruto de una campaña de recaudación de fondos lanzada por Harambee.

En Costa de Marfil, se calcula que más de 80.000 niños menores de cinco años mueren cada año de enfermedades evitables si las condiciones nutricionales y sanitarias fueran mejores. La malaria es la principal causa de mortalidad, seguida de las infecciones gastrointestinales y respiratorias.

Gracias al apoyo de Harambee, “los médicos visitan regularmente las comunidades rurales, proporcionando medicamentos antirretrovirales, leche y suplementos nutricionales, realizando pruebas y controles; también se imparten sesiones de formación en higiene y salud para las madres, porque la prevención es un aspecto fundamental: la ignorancia sobre higiene y nutrición tiene un impacto muy fuerte en la salud de la población”.

Tras la propagación de la epidemia de Covid-19 en el África subsahariana, Harambee lanzó una campaña de emergencia para apoyar a los hospitales asociados dedicados a atender a las poblaciones más frágiles.

La segunda fase, puesta en marcha en enero de 2021, responde a las necesidades más recientes que han surgido y a los retos a los que se enfrentan los hospitales en un contexto de grave crisis social y económica de la población, tras las medidas adoptadas por los gobiernos para contrarrestar la propagación del virus.

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