Ha finalizado la intervención en apoyo de la Asociación Cacles, vinculada a la Diócesis de Luiza, en la zona de Yangala (RD Congo), caracterizada principalmente por sus grandes ríos y alejada de la ciudad. En esta zona especialmente deprimida, se encuentra la escuela Kuiza Kuajima, el único centro de referencia para los niños de los pueblos de los alrededores.

La mayoría de los niños son huérfanos, víctimas de los enfrentamientos provocados por las milicias Kamuena Nsapu que tuvieron lugar entre 2016 y 2019 en los que murieron más de 430 jóvenes en la zona; en aquella ocasión, las milicias saquearon las parroquias y destruyeron la escuela y todo el material escolar.

“La escuela se reconstruyó siguiendo criterios de estabilidad y sostenibilidad. Los cimientos son de piedra y hormigón. Los muros de hormigón, que soportan el techo laminado, están sólidamente construidos para resistir el viento y las inclemencias del tiempo“, dice Don Marcel MUNONO KABEMBA, director del proyecto.

“Las clases empezaron en septiembre, y el entusiasmo fue tal que alumnos y profesores quisieron utilizar las instalaciones enseguida, aunque aún no estuvieran terminadas“.

Hay 300 niños que asisten regularmente “La población colaboró con gran entusiasmo, al darse cuenta de que la escuela era para un BIEN MAYOR para sus hijos, por lo que se involucró en el transporte de agua, arena y, en general, materiales. Muchos también contribuyeron a las comidas de los trabajadores…. Se podría decir que esta es realmente la escuela del pueblo“.

Además, “Gracias a la renovación, Kuiza Kuajima se ha convertido en un centro de atracción, una referencia y un objeto de admiración y fotografía por parte de los hijos e hijas de Yangala y de los viajeros que pasan por Yangala“.

En algunas partes de África, la educación, por múltiples razones, sigue siendo un derecho negado a los niños, comprometiendo su oportunidad de construir un futuro.

57 millones de niños de los países en desarrollo siguen excluidos de ella; de ellos, más de la mitad viven en el África subsahariana (Fuente: ONU). Es un reto enorme, pero que se puede superar. Y a partir de hoy, 300 niños al año en Yangala tendrán sin duda un futuro mejor por delante.

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