Se estima que en el Camerún el sistema agrícola contribuye con el 25% del PIB pero, a pesar de absorber alrededor del 50% de la población, los jóvenes tienden a emigrar a las ciudades o al extranjero en busca de nuevas oportunidades de vida y de trabajo. Tres quintas partes de los agricultores se dedican a la agricultura de subsistencia, es decir, a la agricultura familiar, con una producción limitada justo por encima de las necesidades del hogar.

Este tipo de agricultura se basa en técnicas anticuadas e ineficientes y no proporciona capital para la reinversión.

Los institutos de formación profesional del país pueden acoger a un número limitado de estudiantes y ofrecer cursos en otros sectores de la economía. En las regiones del norte, el extremo norte y el este, la oferta educativa para los jóvenes sigue siendo muy baja e inadecuada para el medio ambiente, especialmente en el sector agrícola, donde es necesario responder eficazmente a las amenazas y emergencias alimentarias.

En este contexto, desde 2004, la CNEFAC (Coordinación Nacional de Escuelas Familiares Agrícolas del Camerún) ofrece formación profesional agrícola a través de las Escuelas Familiares Agrícolas (EFA): una estrategia de formación integral para los jóvenes y sus padres a fin de satisfacer la necesidad de mano de obra calificada, que ahora es necesaria para que las explotaciones agrícolas sean eficientes.

Gracias a la contribución de Harambee, se ha podido fortalecer el CNEFAC y así formar a 250 familias en un año para una gestión más eficiente y responsable de cuatro escuelas de EPT en el extremo norte y este del país.

Una pequeña contribución, sin embargo, capaz de generar un gran impacto en la vida de muchas comunidades rurales que, a su vez, pueden proporcionar la mejora de los alimentos, fortalecer la seguridad alimentaria y desarrollar una agricultura sostenible.

Descargue aquí el informe detallado de las actividades realizadas.
Rapport Narratif Final_EFA