Home > News > Mozambique. Con el proyecto Harambee, estamos contrarrestando la crisis alimentaria agravada por el COVID.

Según el informe de la FAO y el PMA, 27 países del mundo están ahora al borde de la crisis alimentaria debido al COVID-19, entre ellos Mozambique. Según el PMA, la desnutrición aguda se estima en un 4,4% y la desnutrición crónica en un 42,3% (2020). Las consecuencias de la nueva pandemia se suman a las perturbaciones climáticas, con impactos negativos en la agricultura y, por tanto, en los medios de vida de un país en el que cerca del 71% de la población activa trabaja en el campo.

“La agricultura que se practica es principalmente de subsistencia y se ve muy afectada por los frecuentes cambios climáticos, como las sequías, las lluvias torrenciales, las inundaciones y los ciclones”.

El gobierno de Mozambique ha dado prioridad a la seguridad alimentaria y a los medios de subsistencia para combatir la pobreza, acelerando los planes nacionales para aumentar la productividad agrícola, pero los daños colaterales causados por el nuevo Coronavirus son más rápidos.

En este contexto, Harambee apoya a la Asociación Dignity Moçambique que, en la provincia de Tete (zona central del país), promueve el emprendimiento familiar y juvenil en el sector agrícola.

“La intención es ayudar a la gente a rehabilitar la tierra, optimizar las cosechas y crear actividades generadoras de ingresos”, informa Emilio Romão que, en el proyecto promovido por Harambee, desempeña el papel de mediador entre los formadores y las familias de la comunidad, para garantizar una adaptación constante de los conceptos, habilidades y conocimientos al contexto tradicional de la comunidad y el territorio.

El proyecto pretende promover una producción responsable y sostenible, respetuosa con el medio ambiente y circular. “Un primer objetivo importante será organizar la formación y la producción de manera que se garantice, mediante una rotación adecuada de los cultivos locales, el cultivo y la disponibilidad de plantas y hortalizas durante todo el año”. Inicialmente participan 100 familias y unas 400 personas que luego podrán actuar como formadores de otras.

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